lunes, 3 de octubre de 2016

Colombia luego del NO

Ninguna Ley de olvido, reconciliación, obediencia debida o acuerdos similares ha dado resultados en el mundo. Tarde o temprano éstas se revierten y la sociedad, representada en su momento por uno u otro grupo antagónico toma cuentas, debidas o no dependiendo de a quién se le pregunte, sobre los hechos tranzados.

Colombia da un ejemplo que nos pone a meditar: Hablan en tiempo presente de un SI y un NO, consultando a las diversas facciones, todas afectadas por un conflicto que no por ser del Estado contra una guerrilla de izquierda (o viceversa), ha sido diferente de una Dictadura contra el pueblo o de gobiernos democráticos con excesos contra luchadores sociales o subersivos, (como uno quiera llamarlos), ni tampoco ha sido menos violento o ha afectado menos al país y a sus ciudadanos más vulnerables.

Todos apuestan por la paz. Todos la buscan, pero la memoria de los colombianos apuesta por su sostenibilidad y durabilidad. Aún cuando existen precedentes como el del M19, paramilitares o narcotraficantes, esta vez los colombianos no quieren tranzar: al menos a un 60% no le convocó el hecho y del 40% que si participó a más de la mitad no le convención el proceso.

No se escuchan cantos de victoria entre los actores principales que impulsaron el NO. En las áreas serias del SI tampoco existen lamentos ni maldiciones por haber sido negadas sus acciones en un proceso democrático. Pero en algunos sectores ciudadanos que no atino bien como denominarlos, se respira rencor, se masculla odio y se esgrimen lamentos, amenazas y premoniciones fatales en nombre de la Paz. Un total y completo contrasentido que nos indica por qué esta Paz, se encuentra tan distante en este como en muchos otros lugares.

Asistimos constantemente al efecto rebote de la sanación de los procesos violentos, y que no siempre, por no decir nunca, termina siendo sostenible. Allí la muestra en toda América y el mundo, donde se juzga y anulan juicios, quedando siempre el sabor amargo de los procesos y los términos acordados o juzgados.

Colombia, ha tomado el camino correcto. Consultar al pueblo. Su decisión aunque significa un revés político para los impulsores del proceso de paz, nos deja la lección clara de que no se puede tranzar siempre pretendiendo que se olviden los métodos violentos empleados para imponer la razón y que muchos consideran necesarios y aún imprescindibles.

Análisis por doquier sobre quienes votaron SI y quienes NO, las condiciones de la consulta y las razones de la decisión del pueblo colombiano, surgen y surgirán en adelante, con visiones distintas como distintos somos los seres humanos y nuestras posiciones.

La Paz no está en entredicho, sino su costo y el camino para alcanzarla para que sea permanente y sostenible.

1 comentario:

  1. Cuando se firma un acuerdo de paz, como dice el texto son acuerdos, cada uno sede posiciones, la guerra al ser guerra sufrevcon muertesce injusticias, ya que ninguna guerra es en común acuerdo, se seden posesiónes de lado y lado, acaso Ecuador cuando firmó sus acuerdos de paz con sus vecinos no perdió muertos y heridos y una gran cantidad de territorio

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