lunes, 11 de noviembre de 2019

Líderes fallidos

Carlos Vera Quintana
11 Noviembre 2019

Nuestra región está repleta de líderes fallidos. Unos surgieron impensadamente como resultado de giros sociales o políticos imprevistos y otros como resultado de verdaderas luchas sociales. 

Independientemente de su origen, su llegada al poder ocurrió en el momento preciso para cambios profundos. Estuvo repleta de expectativas, revestida de enorme legitimidad y con la plena oportunidad de transformar sus países en base a la experiencia y los hechos históricos que los ubicaron al frente de sus pueblos. 

La suerte de sus gobiernos fue distinta: algunos no alcanzaron siquiera a consolidarse, otros pasaron su momento sin trascendencia y algunos más tuvieron tal éxito que se creyeron ungidos, irreemplazables y con derecho a mantenerse, por cualquier vía de apariencia democrática o no, en el poder que lograron como resultado de una historia de desgobiernos y alteraciones sociales. 

Los líderes fallidos no consolidan modelos, ni fomentan nuevos liderazgos. Se rodean de círculos de adulones y oportunistas que les dicen lo que quieren oír, para ellos a su vez hacer lo que quieren hacer y que obviamente no está en la línea del progreso social y colectivo, sino en la del lucro personal y de grupos de poder y opresión, ubicados en la misma línea opresiva de aquellos a quienes antes combatían. 

Los liderazgos fallidos no logran afianzarse en uno o dos periodos normales de gobierno y entonces  exigen más, estando dispuestos a hacer pagar al pueblo cualquier precio para ellos seguirlo liderando “por su bien”. Empiezan entonces a pedir más tiempo para consolidar el modelo por ellos implantado y nuevos periodos de gobierno por sobre toda norma o pronunciamiento del pueblo  convenciéndose de que ellos son los llamados a gobernar, son la única solución y que el pueblo así lo demanda. 

El resultado, cómo está demostrado en la reciente historia latinoamericana, son asaltos de gobierno, sucesiones alteradas y en los actuales momentos, reacción social impredecible que pone a los pueblos al borde de la guerra civil, las dictaduras militares o la toma de poder por los más violentos, que con apoyos internos y externos intentarán y en algunos casos lograrán, asumir como los nuevos salvadores y seguramente próximos líderes fallidos. 

Los líderes regionales deben aprender a dejar el poder a tiempo, a consolidar modelos en plazos establecidos y a formar nuevos liderazgos y modelos politicos acordes a las nuevas realidades. 

Asegurar una generación de líderes exitosos pasa porque los pueblos dejen claro que ningún gobierno o modelo, se puede mantener por encima de leyes y voluntades; y que la alternabilidad y el equilibro de poderes, es el gran desafío de la región que aspira cambios profundos sin sometimiento permanente a personas o ideologías. 

El que tenga oídos que escuche y el que tenga ojos que vea. 

viernes, 8 de noviembre de 2019

La ley económica y la educación superior

Las secuelas del correísmo siguen en este tema como en muchos en el país. En el sistema de Educación superior, primero con CONESUP y CONEA; luego con CES y CEAACES; y ahora con CES y CACES, se impuso el mismo modelo de cooptación política del gobierno correista que en la etapa 2012 en adelante, en esta al igual que en todas las áreas, tuvo su momento cumbre de totalitarismo. 

El sistema degeneró en concursos totalmente amañados a todo nivel y un ambiente completamente político e ideológicamente orientado en el manejo de la educación superior del pais. Tóxico a máximo nivel! 

Las universidades fueron presionadas primero, sometidas despues y finalmente capturadas por el poder político encabezado por el delincuente mayor de la educación superior que presidía el SENESCYT y manejaba los hilos de las marionetas que colocaban en las instituciones de control y en las universidades públicas; llegando incluso a usurpar los rectorados de las universidades privadas en una carrera desenfrenada por captar la academia y emplearla como respaldo de sus tesis y acciones SENPLADISTAS revistiéndolas de falsa legitimidad académica. 

Todo el engranaje respondía a consignas políticas, y a quienes no se dejaron sobornar o no eran de su cuota, los mantenían sometidos con exámenes, evaluaciones, demoras inútiles en la aprobación de sus programas, intervenciones y finalmente con viles capturas a través de elecciones o designaciones a su gusto. 

Llegaron a poner condiciones absurdas como aquella de que para ser rector de una Universidad se requería ser PhD. Para eso graduaron o reclutaron, romántica pero perversamente a gran cantidad de “doctores”, así con comillas por el dudoso origen de sus títulos, y reclutaron “doctores” principalmente cubanos que luego pondrían en las IES en las que les resultaba simple hacerlo. Pero como eso no les bastaba en algunos casos, además se inventaron que el título de doctor debía tener una leyenda que acredite que ese título era apto para la educación superior, claro que esa leyenda la colocaba el SENESCYT-CES, y así impidieron que muchos doctores reales siquiera participen de los procesos de elecciones universitarias. 

Pero eran de ataques tan selectivos y descarados, que se inventaron otras normas sobre normas, para aplicarlas caso a caso, como aquella de que para ser rector de una universidad no era válido un título de doctor obtenido en esa misma universidad. Todo encaminado a poner en los puestos de dirección a sus partidarios o a gente que finalmente iban a mantenerse neutros con la espada de Damocles sobre su cabeza. 

El sistema universitario en efecto se doblegó en muchos casos. La universidad, referente académico necesario e imprescindible, estaba a su servicio para validar las teorías económicas y sociales seudo científicas, exhibidas por los genios de SENPLADES que controlaron todo, desde economía , hasta ejecución,  pasando por presupuestos y priorización de inversiones y obras, con perversa precisión para servir a los intereses del correismo en su versión más corrupta. 

En algunos casos se mejoró la calidad de la educación superior, en otros casos que son la mayoría, se cumplió a medias con las normas,  pero la calidad no se mostró nunca mejorada pues los rankings universitarios internacionales no vieron aparecer los resultados del milagro ecuatoriano, dejándonos nuevamente el sinsabor de un milagro simulado, fallido y propagandístico. 

Y ahora que con el proyecto enviado por el régimen a la Asamblea, indebidamente se trata de volver a prácticas insanas e incorrectas, a través de “facilitar” el aparecimiento de ofertas académicas de postgrado, que fácilmente serán truchas, se rasgan las vestiduras y reclaman para si el derecho de haber eliminado a las universidades de garage y a ciertas universidades como la cooperativa de Colombia que obviamente fueron un fraude académico; aunque ninguno llegó a tanto como el mayor fraude académico de la historia nacional que es Yachay, no solo por su concepcion, sino por su manejo y orientación propagandística y de falsa ciencia, a la cual, al mejor estilo de los comunistas soviéticos o los nazis alemanes, se le proveyeron de recursos ilimitados para mostrarse como exitosos. Y en eso no dudaron en arrastrar a académicos y profesionales reales, e incluso estudiantes del mejor nivel, que deslumbrados por la promesa del jaguar, creyeron que era legítimo apoyarlo, aunque pronto se desnudó de cuerpo entero la verdadera intención del régimen: propaganda política a través de la ciencia y la academia. 

Las eliminación de las universidades de garage y de la cooperativa de Colombia, así como las bases de diversas leves mejoras en el Sistema de Educación Superior, se dieron cuando los rectores participaban de los sistemas de control de la educación superior y su calidad, y cuando no se tenía la voluntad única del Senescyt por sobre la validez de argumentos y criterios académicos de excelencia que son bien conocidos y reconocidos.

No nos van a engañar haciéndonos pensar que en la academia algo hicieron bien. La era correista malsana y descaradamente corrupta con sus mayores exponentes enquistados en el CES y CACES, no tienen la legitimidad necesaria para que la academia y el país los reconozca como legítimos contradictores de quienes ahora, aprovechando precisamente de sus abusos y de la destrucción de la capacidad de reacción de autoridades, estudiantes y profesores, pretenden hacer negocios igual o más de turbios que los que antes se hicieron. 

La academia tiene que salir por sus fueros y recuperar la decencia y legitimidad académica que les robaron. 

Los estudiantes y profesores tienen que recuperar su autoestima y transformarse en quienes verdaderamente conduzcan a mejor puerto a la masa gris de este país. 

domingo, 3 de noviembre de 2019

Individualismo social

Los últimos acontecimientos políticos y sociales en el País, la región y el mundo, nos dejan una lección clara: vivimos en permanente confrontación. 

En escenarios de suma suma cero permanente, no parece haber oportunidad de cambiar el sistema, aún cuando todos digan que esa es la principal (única?) opción para lograr una sociedad equilibrada. 

Los actores, en todo nivel, no quieren ceder privilegios e intentan aumentar sus diferencias con aquellos con quienes conviven, pues siempre es más fácil esperar el cambio desde arriba, con ventajas y cómodamente ubicados en zonas de privilegio, que luchar desde abajo, cuesta arriba y en desventaja, junto a una mayoría en la cual los individuos no luchan por fortalecer el colectivo, sino por desligarse de el; abandonando la posición de mayor potencial a mediano plazo, por la de mínima recompensa pero inmediata. 

La suma cero no beneficia a nadie, pero aún es el juego que todos quieren jugar. 

Aquellos que llegan a gobernar en base a ideas de cambio y propuestas de modelos que suenan a lo que los votantes quieren escuchar, de inmediato traicionan los principios y se transforman en los nuevos abusivos, opresores y transgresores de los principios de vida socialmente armónica y equilibrada. 

El egoísmo del hombre se impone, priman el gusto por las cosas fáciles y la oportunidad de tomar lo que no nos pertenece, pues para qué luchar por justicia y equilibrio, cuando estamos en la punta de la pirámide. 

En adelante, el objetivo será siempre volver lo más cerca de la cúspide, y mantenerse lo más alejado de la base, aún cuando eso fuera lo que siempre supimos incorrecto o al menos lo dijimos así, para llegar a donde ahora queremos permanecer. 

En tanto nuevos grupos de personas intentan el mismo camino: Escalar por encima de todos, para llegar individualmente a la cúspide.