sábado, 23 de mayo de 2020

Effective Leadership in Freemasonry

Effective Leadership in Freemasonry

 Carlos Vera Quintana, PVM
 Or.  from Manta, Ecuador
 May 22, 2020 e.v

 To the question of What is leadership?  There are many possible responses that lead to the same result in Freemasonry: Leading is teaching by example.

 In the Order as in any other human institution, the way to go is populated with ascents, descents and straight ways.  When we go up, we try hard, on the straight we keep the rhythm and it could be that we stagnate and on the way down the path is always smoother although it is more risky to trip and even fall.

 Building that path is a collective work that requires learning to follow and then learning to guide.  Without this lifelong learning process, leadership does not materialize and is confused with occupying positions or climbing degrees without significance and without leaving our Masonic imprint.  The permanent challenge of the Mason is to open the path where someone only sees obstacles and seek with intelligence and wisdom the best way, which is not always the fastest, to achieve institutional and collective goals, which are always more complex to achieve than individual or  of small groups.

 In the construction of collective leaderships, the real coherence of the sayings with the actions plays a part, along with the clear understanding that every Brother has the ability to be a guide and that the challenge of Masonic life is precisely being part of the path for  others lead us successfully.  In that sometimes haphazard path, we will make mistakes, such as trusting leadership in the wrong hands and having to assume the consequences, which may include the loss of freedoms even with our complacency, but that is also part of learning towards leadership building.  successful.

 Freemasonry is full of leaders, and we would be surprised at how much good those who seek nothing and contribute a lot, can do to the Order.  The challenge of the true leader is to know when to step aside and not always stay ahead, hindering the passage of others.  The step to the side allows you to accompany and at the right moment to let pass to start following.

 Thus, leaderships are built when we made each apprentice to lead us one day, to keep the Order going and to protect the values ​​and principles that motivate us in Freemasonry.  A mature leader enjoys the work that others do and is there to gently correct faults, wisely help group growth, and strive with tolerance to correct his own mistakes or those from others.

 Leaving a legacy in every office, no matter how small it may be, and exercising any Masonic role with efficiency and honesty, will allow us to enjoy fraternity, which is the first duty of a Mason and the most beautiful of benefits that we enjoy.

 Effective leadership always generates better conditions for fraternal coexistence and new leaders as a result of teamwork.

 Always on the climbs, it is better to advance in a group, so the obstacles are lighter and the avalanches of negativity that seek to return or stop us, will be easier to overcome, since teamwork resists the toughest tests and in that too  it consists of effective leadership.

El liderazgo efectivo en masonería

El liderazgo efectivo en masonería

Carlos Vera Quintana, PVM
Or. de Manta, Ecuador
22 mayo 2020 e.v

A la pregunta de ¿Qué es liderazgo? existen muchas posibles respuestas que en masonería conducen a un mismo resultado: Liderar es enseñar con el ejemplo. 

En la Orden como en cualquier otra institución humana, el camino a recorrer se encuentra poblado de subidas, bajadas y rectas. Cuando subimos, nos esforzamos, en la recta mantenemos el ritmo y pudiera ser que nos estanquemos y en la bajada el camino siempre es más suave aunque es más riesgoso tropezar y hasta caer. 

Construir ese camino es una obra colectiva que requiere de aprender a seguir para luego aprender a guiar. Sin este proceso de aprendizaje permanente, el liderazgo no se concreta y se confunde con ocupar posiciones o escalar grados sin trascendencia y sin dejar nuestra impronta masónica. El desafío permanente del masón, es abrir camino donde alguien solo ve obstáculos y buscar con inteligencia y sabiduría la mejor vía, que no siempre es la más rápida, para alcanzar metas institucionales, colectivas, que siempre resultan más complejas de lograr que las individuales o de pequeños grupos. 

En la construcción de liderazgos colectivos juega mucho la coherencia real de los dichos con las acciones, junto al entendimiento claro de que todo Hermano, tiene capacidad de ser un guía y que el reto de vida masónica, lo constituye precisamente ser parte del camino para que otros nos lideren con éxito. En ese camino, a veces azaroso, cometeremos errores, como confiar el liderazgo en manos erradas y tener que asumir las consecuencias, que pueden incluir la pérdida de las libertades aún con nuestra complacencia, mas eso también es parte del aprendizaje hacia la construcción de liderazgos exitosos.

La masonería está repleta de líderes, y nos sorprendería cuanto bien pueden hacer a la Orden aquellos que nada buscan y todo aportan. El reto del verdadero líder es saber cuando dar pasos al costado y no mantenerse siempre al frente, estorbando el paso de otros. El paso al costado te permite acompañar y en el momento preciso dejar pasar para empezar a seguir. 

Así, se construyen liderazgos cuando a cada aprendiz lo formamos para liderarnos un día, para mantener la Orden en marcha y proteger los valores y principios que nos motivan en masonería.  Un líder maduro disfruta del trabajo que otros hacen y está ahí para corregir con suavidad las faltas, ayudar con sabiduría al crecimiento del grupo y esforzarse con tolerancia para corregir los errores propios o ajenos.

Dejar en cada cargo que se ocupe un legado por mínimo que sea y ejercer todo oficio con eficiencia y honestidad, nos permitirá disfrutar de la fraternidad, que es el primer deber de un masón y el más hermoso de los beneficios de que disfrutamos. 

Los liderazgos efectivos, generan siempre mejores condiciones de convivencia fraternal y nuevos líderes como resultado del trabajo en equipo. 

Siempre en las subidas, es mejor avanzar en grupo, así los obstáculos son más livianos y las avalanchas de negatividad que pretendan regresarnos o detenernos, serán más fáciles de sortear, pues el trabajo en equipo resiste las más duras de las pruebas y en eso también consiste en liderazgo efectivo.*

Carlos Vera Quintana, PVM
Or. de Manta, Ecuador
22 mayo 2020 e.v

A la pregunta de ¿Qué es liderazgo? existen muchas posibles respuestas que en masonería conducen a un mismo resultado: Liderar es enseñar con el ejemplo. 

En la Orden como en cualquier otra institución humana, el camino a recorrer se encuentra poblado de subidas, bajadas y rectas. Cuando subimos, nos esforzamos, en la recta mantenemos el ritmo y pudiera ser que nos estanquemos y en la bajada el camino siempre es más suave aunque es más riesgoso tropezar y hasta caer. 

Construir ese camino es una obra colectiva que requiere de aprender a seguir para luego aprender a guiar. Sin este proceso de aprendizaje permanente, el liderazgo no se concreta y se confunde con ocupar posiciones o escalar grados sin trascendencia y sin dejar nuestra impronta masónica. El desafío permanente del masón, es abrir camino donde alguien solo ve obstáculos y buscar con inteligencia y sabiduría la mejor vía, que no siempre es la más rápida, para alcanzar metas institucionales, colectivas, que siempre resultan más complejas de lograr que las individuales o de pequeños grupos. 

En la construcción de liderazgos colectivos juega mucho la coherencia real de los dichos con las acciones, junto al entendimiento claro de que todo Hermano, tiene capacidad de ser un guía y que el reto de vida masónica, lo constituye precisamente ser parte del camino para que otros nos lideren con éxito. En ese camino, a veces azaroso, cometeremos errores, como confiar el liderazgo en manos erradas y tener que asumir las consecuencias, que pueden incluir la pérdida de las libertades aún con nuestra complacencia, mas eso también es parte del aprendizaje hacia la construcción de liderazgos exitosos.

La masonería está repleta de líderes, y nos sorprendería cuanto bien pueden hacer a la Orden aquellos que nada buscan y todo aportan. El reto del verdadero líder es saber cuando dar pasos al costado y no mantenerse siempre al frente, estorbando el paso de otros. El paso al costado te permite acompañar y en el momento preciso dejar pasar para empezar a seguir. 

Así, se construyen liderazgos cuando a cada aprendiz lo formamos para liderarnos un día, para mantener la Orden en marcha y proteger los valores y principios que nos motivan en masonería.  Un líder maduro disfruta del trabajo que otros hacen y está ahí para corregir con suavidad las faltas, ayudar con sabiduría al crecimiento del grupo y esforzarse con tolerancia para corregir los errores propios o ajenos.

Dejar en cada cargo que se ocupe un legado por mínimo que sea y ejercer todo oficio con eficiencia y honestidad, nos permitirá disfrutar de la fraternidad, que es el primer deber de un masón y el más hermoso de los beneficios de que disfrutamos. 

Los liderazgos efectivos, generan siempre mejores condiciones de convivencia fraternal y nuevos líderes como resultado del trabajo en equipo. 

Siempre en las subidas, es mejor avanzar en grupo, así los obstáculos son más livianos y las avalanchas de negatividad que pretendan regresarnos o detenernos, serán más fáciles de sortear, pues el trabajo en equipo resiste las más duras de las pruebas y en eso también consiste en liderazgo efectivo.

martes, 12 de mayo de 2020

Masonería Líquida

Masonería Líquida 

Carlos Vera Quintana
QCCC Ecuador
11 mayo 2020

En tiempos de pandemia, de reclusión y estallido interno, la masonería de cuatro paredes, la que se negaba a dejar los templos, aquella con dificultad para asimilar los cambios sociales de la nueva era de comunicación, información y tecnología, o de máxima limitación a determinados círculos de reconocimiento,  está dejando su estado sólido, como diría Zygmunt Bauman, adaptándose al recipiente en que ha de habitar: el ser humano en toda su dimensión y oportunidad, fraternal y solidario, humano y gregario. 

Cómo nunca antes en la historia, los hermanos se reúnen y comparten por doquier en los más reconfortantes grupos, desde decenas, hasta varias centenas, unidos por la fraternidad y la tecnología, dejando de lado los temas jurisdiccionales y las discusiones del estado sólido, para avanzar hacia una masonería universal que, temporalmente al menos, dejó de lado los rituales y las constituciones, para priorizar los principios y valores propios de la Orden, que inexplicablemente fueron relegados por el egoísmo y los afanes de protagonismo, pretendiendo cada visión ser la correcta y única. 

La masonería líquida fluye en toda dimensión y sentido, impulsada a nivel en cada vaso comunicante que va copando, y se adapta sin cambiar y sin detenerse, logrando en su nuevo estado llegar hasta lo más íntimo de nosotros, siempre de adentro hacia afuera. Y ahí radica la importancia de esta nueva dimensión masónica: sin latencias ni limitaciones, demostrando que la luz se propaga alcanzándonos con su máxima energía donde quiera que estemos. 

Si nos preguntamos si habremos de retornar al estado sólido, es muy posible que si, si se imponen el Statu Quo y las rigurosidades del estado sólido tradicional, pero la fraternidad tendrá un nuevo lugar, acercándose al real idea de masonería universal líquida que todos aspiramos y que ahora hemos comprobado que es posible. 

Hay que repensar la masonería y repensarnos los masones, para que siempre haya lugar a que fluya la fraternidad, sin que su forma se pierda, pues ya hemos probado que fluye mejor cuanto  más líquida es.