domingo, 3 de noviembre de 2019

Individualismo social

Los últimos acontecimientos políticos y sociales en el País, la región y el mundo, nos dejan una lección clara: vivimos en permanente confrontación. 

En escenarios de suma suma cero permanente, no parece haber oportunidad de cambiar el sistema, aún cuando todos digan que esa es la principal (única?) opción para lograr una sociedad equilibrada. 

Los actores, en todo nivel, no quieren ceder privilegios e intentan aumentar sus diferencias con aquellos con quienes conviven, pues siempre es más fácil esperar el cambio desde arriba, con ventajas y cómodamente ubicados en zonas de privilegio, que luchar desde abajo, cuesta arriba y en desventaja, junto a una mayoría en la cual los individuos no luchan por fortalecer el colectivo, sino por desligarse de el; abandonando la posición de mayor potencial a mediano plazo, por la de mínima recompensa pero inmediata. 

La suma cero no beneficia a nadie, pero aún es el juego que todos quieren jugar. 

Aquellos que llegan a gobernar en base a ideas de cambio y propuestas de modelos que suenan a lo que los votantes quieren escuchar, de inmediato traicionan los principios y se transforman en los nuevos abusivos, opresores y transgresores de los principios de vida socialmente armónica y equilibrada. 

El egoísmo del hombre se impone, priman el gusto por las cosas fáciles y la oportunidad de tomar lo que no nos pertenece, pues para qué luchar por justicia y equilibrio, cuando estamos en la punta de la pirámide. 

En adelante, el objetivo será siempre volver lo más cerca de la cúspide, y mantenerse lo más alejado de la base, aún cuando eso fuera lo que siempre supimos incorrecto o al menos lo dijimos así, para llegar a donde ahora queremos permanecer. 

En tanto nuevos grupos de personas intentan el mismo camino: Escalar por encima de todos, para llegar individualmente a la cúspide. 

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