miércoles, 20 de enero de 2016

Los peligrosos

Piensas que peligroso es el tirano? Aquel que mata, ofende y subyuga de diferente forma de acuerdo con la época, el momento o las circunstancias? Quien tiene cualquier excusa o el insulto simple para responder cada vez que no tiene argumentos? El parlanchín sin ideas?

Pues en verdad más peligrosos que aquellos, son quienes los creen sus salvadores. Los pusilánimes que no ven otra opción que el líder único que satisface con sus acciones sus propios complejos y sentimientos frustrados: aparentando vivir como lo que no son pero que propugnan que otros sean.

El peligro latente se visibiliza cuando estos adocenados realmente se creen su historia y se inmolan a diario por el líder y sus acciones, de las cuales todas son buenas y en las que no hay nunca nada que criticar, y si lo hay, el bien mayor es su liderazgo y el no retorno a lo que a menudo llaman el "desastre mayor" que es cualquier otra forma de gobierno o de vida que les ponga la tarea más difícil a la cual puede enfrentarse cualquier ser humano: pensar, reflexionar críticamente y actuar para cambiar el entorno y sus vidas. Para qué hacerlo si el líder lo hará por ellos? 

Pero siempre, preferirán ellos inmolarse en teoría, con su palabra alaraquienta, y a otros buscarán inmolarlos en la práctica. Para qué sacrificarse si se puede motivar el sacrificio de otros! 

Con un poco de poder estos peligrosos son capaces de los más atroces actos pues podrán poner en práctica sus más oscuras fantasías represivas y de castigo a quienes se atrevan a disentir de su pensamiento.

En sus familias, los peligrosos son un desastre. Capaces de sostener a las víctimas para que su propio entorno las castigue o someta. No les es posible manejar el más mínimo proyecto ni atender con eficiencia la más mínima responsabilidad. Por encima de todo está su creencia de que todos deben entenderlos y todos deben aceptar su forma de hacer las cosas pues ellos, al igual que el líder que pretenden emular con sus adulos, no pueden ser cuestionados.

Los peligrosos se mimetizan en la sociedad. Pueden ser sumisos e incondicionales cuando se les otorga un beneficio, aún cuando venga de cualquier sector que podría presumirse opuesto a su publica posición. Pero en cuanto esta dádiva les sea retirada, generalmente porque no realizan con decoro sus labores, no dudarán en poner a su antiguo benefactor en la picota y someterlo al escarnio público por tal atrevimiento. 

Actúan en público pero siempre agazapados y escudados en terceros. Intentarán motivarte para que seas tú u otros quienes cuestionen a sus "detractores" que posiblemente sean sus previos benefactores, pero que ahora no son sino aquellos que no lograron visualizar su supuesta magnífica presencia y aporte.

Los peligrosos hablarán mal de ti en la menor oportunidad. A tus espaldas serás continuamente criticado, no importa quién seas o lo que hagas,  siempre habrá un motivo para descalificarte o al menos intentar hacerlo. Ladinos y contumaces, los peligrosos lo son más a la sombra. 

Los peligrosos creerán que su grupo los considera influyentes y auténticos. Empezarán, a cierta edad, a pretender ser sabios y ejemplares formadores de juventudes, a quienes sus enseñanzas les servirán y creen que las mismas son seguidas por otros. 

Adularan cada opinión y persona en su línea  y atacaran tímida o ferozmente, eso depende, cobardes, de con quien se topen o del momento en que se encuentren, las posiciones contrarias. Intentarán promover el mensaje: si piensas como yo estas en la línea correcta "hijo mío" o "discípulo mío".  

Continuamente asumirán poses de académicos o magnánimos, de honestos o populares, de solidarios o fraternos, de exigentes consigo mismo y con otros, de intachables y sobre todo de creíbles, incorruptibles y leales.

No dudarán, cuando la ocasión llegue, en adularte para obtener tus favores. Y en tratar de acabarte cuando no los obtengan. Son arribistas por excelencia y llegarán a decirte "confidencialmente" que son capaces de hacer por ti o por la causa en la cual estas, cualquier cosa que les encargues. En el fondo buscan el reconocimiento social, el afecto y la posición que otros tienen y contra la cual seguirán despotricando, envidiosos y frustrados, pues nunca llegarán a conseguirla.

No perdonan ni a los muertos. Son capaces de hablar mal de ellos en vida y de acercárseles cuando mueran exhibiéndose  como su "gran amigo". Pero jamás acompañarán el recuerdo de su memoria sino para presumir de ellos mismos y su relación con tan buena persona o ilustre personaje.

Los peligrosos son intolerantes en extremo pero, timoratos e incapaces, no tienen argumentos para sus posiciones y se limitarán a atacar las de otros o a huir pretendiendo ignorar a quien en realidad no pueden contradecir con argumentos pues no los tienen o su gran ineptitud no les permite exhibirlos. Jamás podrán aceptar algo bueno de quien no piensa como ellos, como su líder o como los referentes de su supuesta vida. 

Exhibirán falsas glorias de su propio pasado como evidencia de su alineación con las palabras, pensamiento o acciones del líder y de su grupo, y con los más inverosímiles argumentos tratarán de validar las acciones de éste, por equivocadas que estén, pues ejemplifica aquello que siempre soñaron ser, que en el fondo es dominio absoluto sobre quienes los rodean, pero que, incapaces de lograrlo, se proyecta en quienes ostentan el poder que los peligrosos propugnan deben mantener para siempre, para bien de todos, pero principalmente por bien de su atrofiado ego. 

Los peligrosos se auparán con mayor o menor éxito en algún proyecto social o político. Llegarán a estar en el entorno del poder esperando la oportunidad del reconocimiento a su valía. Asumirán poses de ser amigos influyentes del líder o de su entorno y tratarán de aparecer como sus leales y cercanos colaboradores. Pero apenas una acción del grupo o del líder se aparte de su línea, o desechen sus opiniones, dejaran furiosos el corral y se alejaran buscando una nueva y próxima oportunidad de ser reconocidos en su "valía". Eso sí, en cualquier espacio se agazaparan cobarde y canallescamente para contratacar al menor descuido si tienen oportunidad. 

Los peligrosos seriamente lo son porque son sedicentes a conciencia o sin saberlo, e imbuidos de sus múltiples y falsas atribuciones harán lo imposible porque otros las reconozcan. 

Ha visto en su entorno este tipo de personas?  Hay muchos y son en verdad los realmente peligrosos!

1 comentario:

  1. Interesante y se observa mucho en la vida diaria de esos peligrosos.

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