martes, 8 de octubre de 2019

Pais polvorín


Ecuador es un polvorín que se enciende a la primera chispa. Aunque si vemos bien, la explosión mayor es resultado de una mecha lenta programada, que inicia  con el enfrentamiento ciudadano en redes sociales, se sustenta en una clase política gobernante corrupta, ineficiente y que esencialmente son los mismos correistas que ahora se acomodaron de morenistas, y se mantiene encendida con la pesca a rio revuelto donde aún no está claro de qué lado está cada quien. Pero de seguro se irán tomando posiciones y definiciones, de las cuales ya hay algunas pistas en el ambiente. 

En contexto tenemos a los GADs resistiéndose a asumir sus competencias en una obvia jugarreta política que a la vez implica desconocer las medidas del gobierno y demagógicamente ponerse fuera de la toma de decisiones impopulares; a los pre candidatos esforzándose por mostrarse alineados con el pueblo, cuando de pueblo no tienen nada, los indígenas en una lucha genuina que saca a flote su natural y lógico resentimiento ante el abuso, el abandono y el esclavismo permanente al que se los tiene sometidos y los ciudadanos urbanos pidiendo paz y trabajo, demostrando su pusilanimidad, quemimportismo y conformismo característico que les lleva a asumir que así ha sido y así será, y que ante medidas y contramedidas, finalmente solo queda esforzarse más. En estos últimos solo existe la visión de corto plazo, aún a sabiendas de que mantenernos así solamente generará nuevos desgobiernos llenos de oportunistas que seguirán lucrando y robándonos, hasta la siguiente ronda del polvorín.  

Los correístas son políticos profesionales, y no me refiero a los ciudadanos de a pie que genuinamente creen en Correa, sino en su círculo perverso que robó, asesinó, encarceló a opositores, cometió actos de genocidio y se volvieron millonarios en base a las alianzas con gobiernos del mismo corte y al silencio cómplice de muchos, incluidos todos los que ahora nos gobiernan. Esta élite correísta, siempre se mostró profesional para la guerra de guerrillas urbanas y rural, para manifestarse y contra manifestarse, para apropiarse del discurso más romántico de la izquierda que a muchos enamora, de sus canciones y símbolos. Se basaron en la experiencia de los cubanos, europeos y latinos bien entrenados y con décadas de experiencia en mantener sus países sometidos, sus pueblos atemorizados y sus lucrativas organizaciones bien fondeadas y crecientes. 

Ellos sabían que debían tener recursos para la lucha que algún día les tocaría librar en lo legal y en lo politico. Y ahora están demostrando que están sumamente preparados para intentar su primer gran avance para retomar el poder a la fuerza con su líder a la cabeza, quien ya anuncia, siguiendo las tácticas de informar, desinformar, sorprender, alarmar y asustar, que retornará al país para “darle un abrazo” a su pueblo que el piensa que de seguro lo reinstalará en Carondelet. 

La opción para salir del caos , seguimos siendo la clase media en las calles, forzando la aparición de nuevos líderes y un nuevo modelo de democracia que aleje del poder a buitres y rapiñeros, que rondan sobre nuestras cabezas para decirnos que están allí, para limpiar la carroña, de la cual forman parte aunque intenten alejarse, solamente para  enseñorearse nuevamente con el poder, y esta vez si para los próximos 300 años. 

Si la clase media no reacciona, seguiremos siendo los que mantienen el sistema y comemos de sus migajas, y de vez en cuando, desde nuestras mismas filas, saldrá otro ungido para gobernar desde el caos y la ignorancia de nuestros hijos y nietos, para quienes el futuro no será mejor ni diferente del actual presente oprobioso. 




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