Cuando de soluciones para una ciudad se trata, a menudo vemos brillantes ideas y propuestas imaginativas, en especial cuando no se está en la función pública o cuando se carece de la capacidad para que dichas ideas se plasmen en proyectos o políticas públicas.
Algo pasa en nosotros entre ese antes y después, y es obviamente el encontrarnos con la realidad de que “una cosa es con guitarra y otra cosa es con violín”
Brillantes teóricos de la planificación y de las propuestas, no dan una cuando finalmente tienen oportunidad de aplicar sus ideas para transformarlas en proyectos; pues entonces se encuentran con la lentitud del trámite, la ineficiencia de sus mandos medios, la inconformidad constante de los ciudadanos que te aplauden y critican casi al unísono y los intereses económicos que trastornan la política y la vuelven inviable.
El éxito de la gestión pública, de lo que se ha podido ver en las ciudades donde ésta ha funcionado, requiere que el Gobierno de la ciudad tenga legitimidad, que se gana con proyectos de beneficio colectivo y decisiones que se tomen con transparencia, justicia y firmeza.
Ciudades como Quito requieren que se implementen propuestas obvias, por necesidad y por oportunidad. Algunas incluyen:
- Una moratoria de construcciones en los principales corredores viales que atraviesan la ciudad. Toda construcción debe contar con factibilidad de acceso y de tráfico. No se puede seguir construyendo congestión vehicular mientras se exige a la ciudadanía sacrificios como el “pico y placa” la “tortura del transporte público o privado” o el último poco brillante “hoy no circule”
- Evitar los puntos de congestión vehicular y de personas. Ejemplo obvio son los estadios construidos en plenos centros congestionados.
- Incentivar (no sancionar) los proyectos de apoyo a la descongestión y descontaminación urbana como por ejemplo facilitar el acceso a los servicios públicos ciudadanos en linea. Pagos, reclamos, gestiones diversas, etc. Con planes de internet y de telefonía con acceso gratuito para estos servicios, mediante un simple acuerdo con los proveedores; con atención efectiva garantizada de las empresas e instituciones públicas, que evitará en alto porcentaje las movilizaciones y el caos de miles de ciudadanos que tienen que forzosamente acudir personalmente para solicitar una reconexión, pagar dentro o fuera de la fecha de pago o realizar decenas de otras gestiones similares. “Hágalo en Línea” debe ser la propuesta.
- Acercar los trabajos y las escuelas a los ciudadanos. La congestión es en las mañanas en un sentido y en las tardes en el otro. Es posible optimizar los desplazamientos.
- Transporte público gratuito de calidad. Complejo? Pensemos soluciones.. la hipótesis es que es más caro la congestión, contaminación y las horas hombre pérdidas, que la gratuidad para movilizarse cómodo y seguro.
- Políticas de uso de suelo estudiadas y prácticas que permitan crecer el comercio, la industria y la vivienda de modo ordenado.
Los funcionarios públicos deben usar el transporte público que promueven para los ciudadanos y en otros casos deben tener un solo vehículo asignado que cumpla las restricciones de circulación vehicular. Nada más chancho que ver al funcionario promotor de la restricción cambiarse de vehículo para bypasear las restricciones.
Los funcionarios públicos deben trabajar por metas y objetivos en un modelo de gestión por resultados como por ejemplo trámites y casos atendidos y despachados favorablemente (no rechazados o suspendidos)
En fin, pregunten a los ciudadanos y éstos serán los mejores asesores y proponentes de soluciones a sus problemas que son los problemas de la ciudad.
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