En el hogar para facilitar nuestras labores, con encendido y apagado automático de dispositivos y luces, la interacción de dispositivos de seguridad entre sí y con el usuario, la comunicación incipiente aún de los artefactos del hogar con los proveedores de bienes y servicios externos (alimentos, bebidas, energía, agua y otros productos y servicios), la interacción de nuestros celulares con vehículos, aparatos de sonido, TV, juegos, etc., son solamente una parte de la diaria interacción que tenemos con dispositivos capaces de comunicarse y ayudar a gestionar nuestras vidas. A esto se suman infinidad de aplicaciones para la salud, belleza y deportes que tienen interacción con dispositivos y que igualmente copan nuestras vidas con distintas facilidades y opciones de interconección y conectividad.
Todo este entorno de dispositivos interactuando y tomando decisiones, es lo que conocemos como la Internet de las Cosas, IoT (Internet of Things) que junto a la Inteligencia Artificial y otras tecnologías como impresoras 3D, Modelamiento de diseños para construcción, bitchain, nanotecnología, robótica interactiva, etc., forman el grupo de tecnologías disruptivas de esta 4ta revolución industrial en que ya vivimos.
Cuando se pasa a la provisión de servicios que incluyen el uso de Big Data y la interrelación con los sistemas de infraestructura, estamos hablando del Internet de las Cosas Industrial, IIoT (Industrial Internet of Things) que caracteriza el manejo de ciudades inteligentes.
La provisión de servicios básicos en una ciudad inteligente se caracterizan por la toma de decisiones con Inteligencia Artificial en sistemas como tráfico, transporte, recolección de basura, provisión de servicio básicos como el eléctrico o de agua, servicios de atención al ciudadano, etc., en los cuales se disminuye al mínimo la interacción entre ciudadanos y funcionarios, abaratando costos, reduciendo los conflictos y mejorando los tiempos de respuesta con el objetivo de proporcionar mayor eficiencia y eficacia a todo nivel incluido un menor impacto ambiental por la no necesidad de asistir en persona a realizar trámites y por la optimización de los servicios públicos, que finalmente redunda en beneficios para la administración y la percepción ciudadana de satisfacción con la administración pública municipal o nacional.
Como profesionales del ramo podemos afirmar que la apropiada combinación de tecnología, con planificación, políticas y voluntad de servicio público por parte de las autoridades, motivará la participación ciudadana y su motivación tanto para el cumplimiento de sus obligaciones como en la autoestima ciudadana, condiciones necesarias para compartir la responsabilidad de convivir en una sociedad desarrollada, de derechos y obligaciones compartidas.
El Internet de las Cosas Industriales aplicado a un proyecto de Ciudad Inteligente permitirá algunas opciones como:
- Desarrollar interacción entre sistemas y servicios. Por ejemplo con sensores en los recipientes colectivos de desperdicios, conectados a un centro de comando, se podrá prever rutas de recolección de basura cuando éstos se llenen, trazar dichas rutas para optimizar el tráfico y optimizar el servicio, para evitar que en horas pico o en horas no previstas en los recorridos manuales, las esquinas o los recipientes rebosen de basura con la consiguiente molestia para los ciudadanos.
- Establecer un sistema de semaforización inteligente realmente interconectado que apropiadamente dotado de Inteligencia Artificial, tome decisiones sobre la duración de la permanencia de las luces o la habilitación o no de vías alternas, dejando de lado horarios fijos o inflexibles que no funcionan al carecer de una dinámica realimentación de acuerdo a la realidad del tráfico en la ciudad en un determinado momento y hora. Los sistemas fijos, un ejemplo simple solamente didáctico sería los límites de velocidad en una escuela en horas o días no escolares, que obliguen a reducir la velocidad incrementando sin razón los tiempos de tráfico y ocasionando embotellamientos. Otro podría ser los peajes manuales que ocasionan grandes congestionamientos.
- Sistemas de atención al público menos discrecionales y por tanto con menos opciones de volverse arbitrarios y por tanto sujetos a corrupción, para la expedición de permisos, autorizaciones y otros servicios que provee la ciudad a los ciudadanos.
- Estandarizaciones en nomenclatura, normas de diseño, registro de información, etc., que permitan que toda la información municipal sea compatible con todos los sistemas que existen en la administración. Esto elimina los pequeños reinos de funcionarios y departamentos donde cada quien habla un idioma diferente con información que no es compatible o requiere transformarse para pasar de una oficina a otra dentro de una única administración.
- Mayor rapidez y control en la toma de decisiones de los funcionarios para reaccionar a situaciones de emergencia o de urgencia.
- Mejoras notables en los sistemas de atención a los ciudadanos con trámites estandarizados, formularios inteligentes y bases de datos interconectadas que eviten el peregrinar de las personas por una y otra oficina a fin de recabar certificaciones y otros documentos que siempre deberían estar disponibles en linea y más aun entre departamentos y oficinas de una misma administración (le suena familiar el ir al 3er piso a sacar una certificación de no adeudar nada a un departamento que está en el 2do piso del mismo edificio? )
Para que esto sea posible se debe partir de un simple triángulo futurista: Visión, voluntad y decisión.
Un Alcalde que entienda estos desafíos, que tenga la visión de construir una ciudad inteligente y eficiente y que tenga autoridad para tomar decisiones que obligue a la estandarización de procesos, trámites y a la interconección entre todos los sistemas y departamentos de su municipio es indispensable para empezar la transformación de las ciudades y su administración apoyada en los sistemas de la 4ta revolución industrial para transformarse en ciudades inteligentes y eficientes, amables y responsables.
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