A stunning reversal for Argentina’s President Mauricio Macri (Un revés sorprendente para el presidente de Argentina, Mauricio Macri)....
Así titulaba The Economist su análisis sobre la victoria, con el 47.6% de los votos, de la alianza peronista Frente de todos, liderada por Alberto Fernández en las primarias argentinas del 11 de agosto de 2019, contra el 32% logrado por la coalición oficialista de centro derecha Juntos por el cambio del Presidente Macri.
Qué votaron los argentinos y cómo esta votación afectará las próximas elecciones en la región, es ahora el tema de análisis.
En Argentina la drástica medida de Macri de eliminar las dádivas populistas de los Kirchner que fueron la tónica entre el 2007 y el 2015, puso a la clase votante en su contra, al no contar con opciones para mejorar, o al menos mantener, su estilo de vida, y toparse con que ahora tenían que trabajar más para tener menos, pues el costo de los servicios y en general el costo de vida se incrementó en el periodo 2015-2019.
El populismo de izquierda facilita las cosas a los votantes, invierte en ellos para mantenerse y asalta las arcas públicas soportado por una votación dura que solamente cuando los escándalos llegan a un máximo, toma la opción de cambio que luego es mal aprovechada por los gobiernos entrantes, generalmente el mismo populismo con tinte de derecha, ocasionando o agudizando la crisis, continuando las prácticas corruptas y no dejando otra opción que añorar al populista izquierdoso que, al menos, goteaba algo de cómodo y gratuito bienestar.
Así las cosas, lo que se denomina péndulo político funciona, no por convicción o necesidad de oxígeno ideológico, sino básicamente porque el votante pierde su condición ciudadana y se transforma en cliente de quién le ofrece más o de aquel que le exige menos.
Los cantos de sirena, tienen su ambiente ideal en la perdida o ausencia de memoria corta de los votantes y llevan al poder a quien mejor los entona en el momento preciso. Las sociedades llegan a tener esperanza hasta en las más absurdas y peligrosas opciones (Hitler es una muestra de ello) cuando existe el mensaje correcto en el momento adecuado propiciado por las condiciones sociales, económicas e incluso éticas y morales de esa sociedad.
El populismo apela precisamente al cansancio de la sociedades transformadas en masas, que deciden sin ningún análisis al ver que analizar candidatos y propuestas no les ha servido de nada. Tocar fondo entonces es nada más que una opción qué hay que probar ante el fallo de todo lo que parecía sensato o razonable.
En la región, el ejemplo argentino será aprovechado en uno u otro sentido por los candidatos que participarán en las próximas elecciones y que intentarán poner de ejemplo el cambio poco exitoso de un modelo político víctima de sus propias ineficiencias, errores y corrupción.
De ratificarse, como parece que sucederá, el resultado de las primarias en Argentina, quedará aún más claro que la solución al populismo con tinte de izquierda no es un populismo con tinte de derecha. (Ni viceversa)
Si en nuestros países queremos un cambio positivo, tienen que existir alternativas para que la ciudadanía se individualice y desarrolle con ética y trabajo responsable; sólo así, la masa deforme dejará de ser la que ponga y saque gobernantes y seremos ciudadanos analíticos y exigentes, quienes lo hagamos.
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